En su gestión al frente de la Secretaría de Gobernación (Segob), Adán Augusto López centró sus esfuerzos en el cabildeo para impulsar las reformas del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El pasado viernes 16 de junio, Adán Augusto López oficializó su renuncia a la Segob para lanzarse como aspirante a la candidatura presidencial dentro del partido Morena.
Durante su periodo en el cargo, que duró menos de dos años, Augusto López se enfocó principalmente en el cabildeo en el Congreso para promover las reformas propuestas por el presidente. Sin embargo, estas reformas no lograron obtener consenso con la oposición y tuvieron dificultades en la Suprema Corte de Justicia.
Según Nicolás Loza, profesor investigador de Flacso México, Adán Augusto López comprendió las reglas políticas dentro de Morena y logró obtener el respaldo del presidente gracias a su capacidad para leer las expectativas del mandatario. A diferencia de su predecesora, Olga Sánchez Cordero, quien tenía posturas propias en temas de libertades individuales y derechos de las mujeres, López supo adaptarse a las demandas de López Obrador.
El papel de López en la Segob se centró en operar políticamente en el Congreso para lograr consensos con los partidos aliados, como el Partido Verde y el Partido del Trabajo, y sacar adelante las reformas propuestas por el presidente. Sin embargo, estas reformas no obtuvieron el apoyo de la oposición y algunas fueron declaradas inconstitucionales por la Suprema Corte.
Jorge Triana, diputado federal del PAN, señala que no hubo acercamiento con la oposición por parte de la Segob para negociar las reformas, lo que resultó en la falta de consensos. Además, Triana destaca que López asumió el papel de coordinador parlamentario de Morena tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
En cuanto a la atención a las víctimas de violaciones a los derechos humanos y la búsqueda de personas desaparecidas, López no priorizó estos temas durante su gestión. A diferencia de su antecesora, Olga Sánchez Cordero, quien mantenía reuniones con colectivos de desaparecidos, López tuvo una participación limitada y no mostró un compromiso relevante en esta área.
En cuanto a la política migratoria, López se desentendió del tema y atribuyó la responsabilidad al canciller Marcelo Ebrard durante una entrevista. Tonatiuh Guillén, excomisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), destaca que tanto López como Sánchez Cordero carecieron de influencia en la política migratoria desde que se establecieron acuerdos con la administración de Donald Trump en 2019.
