Yuritzhi Yareth Hernández Santiago
Sobre la 3 de 3 contra la violencia, comienzo por decir que en primera instancia no tendríamos que estar castigando conductas contrarias a la decencia humana y menos en el ámbito político electoral, porque ¿Dónde queda el deber ser de la política? ¿Dónde queda la excelencia de aquellos y aquellas que nos representan y gobiernan?
La iniciativa 3 de 3 contra la violencia ahora contenida en los artículos 38 y 102 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos fue empujada desde la ciudadanía y colectivas de mujeres que más tarde fue respaldada por las legisladoras mexicanas, pero para llegar a la constitución, fue en 2021 que el Instituto Nacional Electoral decide adoptar los esbozos del hoy ordenamiento constitucional como requisitos para todas y todos aquellos que quisieran participar del proceso electoral, los cuales contemplaban 1) No ser un deudor alimentario 2) No ser un agresor sexual y 3) No haber cometido violencia intrafamiliar.
Gracias a esta acción es ahora que la carta magna dicta que todas aquellas personas (sí, hombres y mujeres) sentenciadas por violencia familiar, delitos sexuales y/o deudoras alimentarias morosas no podrán ser electas o designadas a un cargo público, porque por increíble que parezca hombres acusados de acoso, violencia física y sexual (entre otros delitos) buscaban participar en el proceso electoral de 2021.
Se lee maravillosamente “Ningún agresor al poder” y qué más quisiéramos que fuera así de sencillo, pero no podemos ignorar que los niveles de corrupción e impunidad en nuestro país son altísimos, la palabra de una mujer víctima de cualquier tipo de violencia machista parece no significar nada en el país de las 11 mujeres asesinadas al día, son miles las carpetas de investigación que existen por delitos de violencia contra la mujer, pero las sentencias son mínimas y es así que La 3 de 3 contra la violencia se tambalea, pues esta señala que las personas agresoras ya deben de contar con una sentencia firme para poder ser inelegibles al momento de postularse o ser designados.
Es decir, tú pudiste ser víctima de una persona que ya se encuentra haciendo campaña para ser presidente municipal, pero la investigación se encuentra en proceso, legalmente puede continuar con sus actos de campaña así mismo este podría ganar la elección y ser designando presidente y ejercer, esto si el juez o jueza no ha emitido una sentencia en su contra, y menciono que “legalmente” no está imposibilitado porque por ética y dignidad humana una persona que se sabe violentadora no debería estar pretendiendo un puesto de poder, y no solo eso, el partido político tampoco debería de elegir a un agresor, porque ¿Dónde queda el respeto hacía la militancia y el electorado? ¿Dónde queda el respeto a las mujeres? Pues nosotras representamos más de la mitad de la población mexicana y por ende más de la mitad del padrón electoral, somos las mujeres las que más asistimos a votar y es un insulto que designen a violentadores de mujeres como candidatos.
Entonces ¿Alguien que ha golpeado, acosado o violado a alguien o ha abandonado a sus hijos e hijas puede llegar a ser presidente, gobernador o legislador si este no tiene una sentencia irrefutable? Sí, los agresores seguirán llegando al poder porque estas acciones indecorosas en contra de las mujeres y las infancias tampoco irrumpen con el modo honesto de vivir de una persona, es así que padres abandonadores, violadores o feminicidas son personas honestas que tienen derecho a ser votados ¿Cómo no vamos a estar enojadas las mujeres?
Aun con un sistema patriarcal que poco juega a nuestro favor, hay esperanza, pues el tema ya se encuentra en el debate público, y cada día la violencia contra la mujer toma relevancia en los diferentes espacios, ojalá llegue el día en donde no se tenga que legislar para que ya no se nos violente, pero mientras tanto y para fortalecer La 3 de 3 contra la violencia, toca exigir a los partidos políticos congruencia y respeto hacía nosotras las mujeres, no postular a más agresores debe ser una obligación para cualquier partido y si no quieren reestructurarse, pues ya nos veremos en las urnas.
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Ley 3 de 3
